HABLAME EN ESPAÑOL
A D. Eulalio Ferrer. In memoriam
Mientras en esta España nuestra tan sufrida para algunos como sobrada para otros, se dinamita nuestro gran tesoro cultural que es el idioma en Baleares, en Cataluña, en las provincias vascongadas y en Galicia, los últimos datos nos indican que en Estados Unidos hay 45 millones de personas censadas que hablan el idioma de Cervantes, Antonio Machado ó Azorín quién dijo que “el español llega a ser para nosotros como un licor que paladeamos, y del cuál no podemos ya prescindir”. En la década de los 80 la población hispana en Estados Unidos era de 15 millones, hoy probablemente se acerque a los 50 sin contar que puedan existir trece millones de inmigrantes ilegales, que se escapan al control estadístico. La progresión en las Universidades americanas es arrolladora; los estudiantes que elijen una segunda lengua distinta al español, no llegan ni a la mitad de los que cursan español. Curiosamente con nuestros vecinos portugueses sólo compartimos la Península no el idioma, si embargo en Brasil donde el idioma oficial es el portugués, para nuestro sonrojo, se exige el estudio del español en sus escuelas; países tan lejanos y distintos muestran orgullosos su lengua materna y si los cálculos no fallan se prevé que en el 2050 la previsión sea de 100 millones de hispanohablantes.
No es descabellado el proyecto de poner en marcha el Instituto de la Lengua y la Cultura del Español en Comillas como un centro público de formación superior investigación y difusión de la lengua y la cultura española dirigido fundamentalmente a ciudadanos extranjeros no hispano parlantes, mediante un proyecto cultural de prestigio y calidad según consta en el acuerdo de colaboración suscrito entre el Gobierno de la Nación y nuestro Gobierno Regional. Ilusionados y comprometidos con el proyecto están también sus patronos fundacionales: Fundación Marcelino Botín, Caja Cantabria, La Caixa y Telefónica. Suerte y para los escépticos, les dejo una frase para pensar: los deseos poseen futuros inciertos, uno nunca sabe cuando se cumplen hasta tenerlos.
Que tenga un buen día.